lunes, 27 de septiembre de 2010

Inicio de un ciclo

La caida del mono Jojoy ha producido alegría y júbilo entre muchos. Lo cual es habitual en la psique de la población Colombiana, bastante dispuesta a odiar o tener sentimientos negativos y/o viceversa. la emotividad guia mucho a la gente de esta pais. Sin embargo quizás no se llega a reflexionar la causa de que emerjan este tipo de personalidades nefastas pero cuyos orígenes son desconocidos para la mayoría. El escritor y sociólogo Alfredo Molano en El espectador pública un excelente artículo al respecto de este tema. Espero les guste.

Así quedó escrito
Por: Alfredo Molano Bravo
"La tierra del suelo natal, antes que nada, ha moldeado nuestro ser con su sustancia. Nuestra vida no es otra cosa que la esencia de nuestro pobre país". Simón Bolívar *

ENTREVISTÉ EN 1990 AL MONO JOJOY en La Julia, sobre el río Duda, muy cerca de donde lo mataron. En el libro Trochas y Fusiles él es el narrador anónimo del relato “Camino de Huyentes”. La referencia a su vida es textual.

“Yo nací en uno de los repliegues del movimiento al alto Sumapaz, cuando todavía se luchaba contra la dictadura de los godos. A mi padre lo mataron durante la guerra con Rojas Pinilla y crecí oyendo hablar de los Vargas, una familia vieja de la Esperanza a la que don Juan (de la Cruz Varela) expropió la tierra. Don Antonio Vargas, el padre de todos, era conservador, y las haciendas le venían por herencia de su señor abuelo. No convino con los agraristas de don Juan y menos con nosotros. Mandó matar mucha gente, y a mí me contaron que por cuenta de él mataron a mi padre y a mi hermano mayor. Pisoteaba a cuanto compañero se le atravesaba, y llegó hasta atravesarse él mismo en Cabrera. No se podía pasar porque ahí mismo lo quebraba a uno. Después de la guerra de Villarrica, él era el motivo para mantener vivas las autodefensas.

Estuve en la escuela hasta que me expulsaron por decir que la hostia era simple, que no sabía a nada y que sería más rica si se le echaba membrillo de guayaba. La maestra me acusó de hereje y el partido (comunista) respaldó la sanción. En cosas de educación, la dirección siempre respaldaba a las autoridades. Acepté la expulsión porque tenía oficio con las autodefensas, que era lo que me interesaba y porque siempre me han gustado las armas de combate. Cuando niño me sentía culpable de sólo mirarlas. Las autodefensas nos entrenaban matando pájaros con caucheras. El que más pájaros, más negros y más grandes, trajera, ganaba: y ganar era igual a que a uno lo miraran bien y no le tacañearan el dulce, la panela. Matábamos mucho pájaro: éramos unos expertos en volarles la cabeza con munición hecha con barro colorado secado al sol.

Cuando comencé a crecer y ya tenía unos doce años servíamos de guía a las guerrillas para ayudarles a hacer las travesías. Nosotros conocíamos todas esas hoyas, filos y páramos como nuestra propia casa y por eso los guerreros confiaban más en nosotros. En una de esas me ordenaron acompañar a unos compañeros desde la Hoya de Palacios hasta Sinaí. A uno no le decían sino lo que tenía que hacer: ‘Vaya y llévelos de tal parte a tal otra’. Nada más. Pero entre silencio y silencio uno va haciendo conversa. A mí me dio la corazonada de que los compañeros eran camaradas, gente de mando. Los noté cansados, como si llegaran de pelear, pero no se había oído de encuentros en esos días. Venían ocho hombres muy bien armados y se trataban unos a otros con mucho respeto. Había un camarada, amplio de cuerpo y cara, con unos ojos muy finos y rápidos, que hablaba poco y que lo llamaba a uno ‘joven’. Me gustó porque daba órdenes secas. Traté varias veces de hacerle conversación, pero el hombre tenía la cabeza en otro lado. Yo sentía que él pasaba y pasaba la misma película, aunque nada decía ni lado daba. Me le puse al corte y ni por esas. No fui capaz de saber a qué camándula le daba vueltas. Los dejé en El Sinaí y me devolví para la Esperanza. Mucho después me vine a dar cuenta de que el hombre era Marulanda y que la conferencia era la Segunda, de la que salió la fundación de las Farc.

A los quince años me aceptaron en las autodefensas. Primero vino el entrenamiento militar: lo de armar y desarmar, lo de hacer catalicones y trincheras, vivir en el monte, pagar guardia, aguantar hambre, todo eso lo viene uno aprendiendo desde antes de nacer. Lo que a mí hacía falta era el título: miliciano”.



* Citado por William Ospina. ‘En busca de Bolívar’.

viernes, 24 de septiembre de 2010

¿Que seguirá después?

La muerte de Mono Jojoy quizás no marque el fin ni la claudicación del movimiento guerrillero de las FARC pero si en su estrategia y movimientos posteriores. Después de sus ataques que cobraron intensidad en el inicio del gobierno de Santos, es díficil concebir que vuelva a establecer el mismo derrotero en la totalidad de sus acciones ya sean armadas o diplomáticas.

El declive de las FARC se ha dado durante los últimos 0cho años de una manera sí bien lenta, con características que pueden tildarse de dramáticas e incluso plagadas de anécdotas a menudo impresionantes (vease el asesinato de un líder guerrillero por parte de sus subordinados donde fue cercenada su mano) . El envilecimiento del grupo armado que se dió a mediados de los 90 siendo un huérfano de la corriente socialista y la dispersión realizada por el ataque a casa verde en 1990 que modificó su estructura interna, además de su contacto total con el negocio del narcotráfico lo convirtió en una institución que pudo albergar incluso decenas de miles de integrantes pero en cuyas acciones no llegó a discriminar víctimas civiles ni omitir atentados que afectaban en cierto modo la economía y la vida pública del país pero generaron un rechazo total de la opinión pública; tarea que también fue facilitada por los medios de comunicación que daban menor prioridad a acciones violentas (e incluso más) de otros actores armados.

Hay que señalar no obstante la acción del ejercito y la estrategia de seguridad adoptada como causantes en su declive. Pero esta factor se facilitó con la degradación en su organización interior que sufrió un deterioro total tras su ampliación por la perdida de sus motivaciones ideológicas, corrupción y acción despótica de sus mandos medios, ensañandose con los miembros rasos quienes se encontraban en situaciones a menudo penosas.

Esto facilitó la deserción y acciones exitosas del ejercito como la operación Jaque. También la asesoría militar y logística de Estados Unidos que se aprovecharon de estas debilidades para causar golpes contundentes a esta organización que en medio del recrudecimiento de sus actos violentos llegó a cobrar víctimas y generar desplazamiento entre las poblaciones indígenas y campesinas lo cual no la diferenciaban de otros sectores armados y muy seguramente disminuyeron su apoyo social.

No parece muy probable que se acerque un proceso de diálogo si consideramos a Santos seguidor fiel de las políticas de Uribe respecto al conflicto armado pero puede quizás esto modificarse en el transcurso de un cierto periodo. lo que el Colombiano se olvida y quizás nunca es consciente es que en los procesos de paz efectivos siempren siguen la eliminación de posibles nuevas alternativas políticas que surgen a partir de su gestión exitosa de estos acercamientos. Esto sin duda afectará las posibilidades de diálogo en un futuro cercano

martes, 21 de septiembre de 2010

De vuelta al blog

Debido a que he estado bastante ocupado, no he podido estar al tanto del blog que he creado. En sí tengo que reconocer que debido a mi ausencia no pude comentar muchos hechos acontecidos: en especial del restablecimiento de las relaciones con Venezuela y las elecciones. Con el inicio del gobierno de Santos, pese a que perviven sombras de malestar como el desempleo, la pobreza crónica y la violencia de los grupos armados, al menos podemos ver una serie de decisiones políticas que difieren de la política exterior desastrosa y la interna unidireccional del gobierno de Alvaro Uribe.

esperen nuevos artículos que acompañarán mi blog en estos dias