sábado, 2 de octubre de 2010

Ecuador después del golpe



Tras los incidentes acontecidos este jueves 30 de septiembre en torno al secuestro y liberación del presidente Rafael Correa, se habla como consecuencia de un mayor apoyo y afianzamiento de su gobierno, terminando con ello una fase de inestabilidad que ha caracterizado a Ecuador desde hace casi década y media. Sin embargo la división política sigue ahí y puede volverse aún una amenaza para Correa quien desde la crisis del 2008 ha tenido que manejar la situación de su país de manera delicada arriesgándose a perder antiguos aliados y a observar el surgimiento de fuertes opositores.
Quedó demostrado que el apoyo al presidente sigue siendo muy latente entre los sectores de la población ecuatoriana y que su gobierno ha podido pese a la crisis y los problemas de inestabilidad tanto política como institucional brindar cierta tranquilidad al país. A diferencia de presidentes como Lucio Gutierrez; presunto autor del motín para muchos quien abandonó desde un principio aquellas fuerzas que le permitieron alcanzar la presidencia, populistas neoliberales como Bucaram o aquellos que no pudieron controlar la hecatombe económica como Mahuad. Rafael Correa pese a sus fuertes declaraciones y su carácter conflictivo y violento con la oposición que toman sus detractores como autoritarismo ha desarrollado Bajo su administración acciones bastante positivas para la nación a nivel ecológico como el proyecto Yasuni que comprende una región de la amazonía ecuatoriana, a nivel político (revolución ciudadana comisión de la verdad que investiga crímenes de gobiernos anteriores etc.) e inversión social
A pesar de la recesión mundial que caracterizó el 2009 y en donde el presidente ha virado a políticas para opinión de antiguos aliados (sectores indígenas inclusive) mas derechistas, y a las deficiencias del modelo, En estos casi cuatro años Ecuador ha tenido una economía en ascenso con buenas tasas de crecimiento a excepción del 2009. El producto interno bruto puede crecer cerca al 4% este año según varios analistas y posiblemente aumentará en años siguientes.
Lo importante es acabar con la división política creada y generar un mayor nivel de conciliación. El motín de las fuerzas policiales es posiblemente un intento de favorecer la inestabilidad generada por la polarización más que una acción tendiente a ser un golpe de estado. Las declaraciones de opositores como Jaime Nebot sobre preservar la continuidad democrática generan buenas perspectivas para el futuro de este país.